domingo, julio 22, 2007

XV

UN ÁRBOL CON SOMBRERO DE COPA

De puntillas por un minúsculo
y estúpido bosque,
nos encontramos con cuatro
ejemplares turistas.

Una dama que empeñó su vida
al profundo estudio del árbol platanero,
un pistolero que consagró su existencia en la
más estricta penitencia,
un ser contemplativo
a horcajadas de un camello,
y un artista del belcanto.

-Mediocre destino seguir apareciendo como figurante-

No muy lejos, un árbol corona su copa
con sombrero de copa.

Ante lo insólito de la aparición,

¡Milagro!

Ofrecen sus respectivos tocados
a ese semidios botánico y luego corren.


Para milagro, la suerte que
ha acompañado al árbol talado.
Nunca platanero, sino roble.
Que por rivalizar en altura con aquella torre,
se compró un sombrero.



A mi querido Arturo,
porque los cronopios son siempre juguetones.


Amigos,
una vez más, el Sr Montfort me ha sorprendido.