viernes, septiembre 28, 2007

Extraña doctrina

Me declaro cría singular
del febril prodigio procreativo,
fruto de un ardiente furor degenerado.

En estos casos tres son compañía
y dos, multitud.

Deberíamos agotar todos los recursos.
Nada de pan, nada de agua.

Seamos un muro
de magia gris, subdesarrollada.

Y con nuestro masculino vigor
levantemos un dedo
para proclamar,
en esta isla de barro,
la más ideal de las doctrinas.